» Casting @Dorcas Meadowes}

{ Llovía. Normalmente, el ruido de las gotas de lluvia, chocando contra el cristal de la ventana, le fascinaba. Era un sonido bastante relajante, por no decir que podía hacerle dormir al instante. Y no porque fuese aburrido. No. De hecho, podía escucharlo por horas. Solo que, la des estresaba muchísimo. Justo lo que necesitaba en éste momento. James y Sirius, parecían no querer parar su sermón de odiemos-a-Quejicus-hasta-que-muera-de-grasoso-cabello mientras lanzaban pullas cogibles facilmente, hacia el pobre de Remus Lupin -a quienes todos parecían señalar de traidor, bastante indirectamente-, cuando eran uno de los primeros en querer parecer maduros y ser el ejemplo de todos, en aquel cuartel general, y no se controlaban. ¡REMUS ERA UNO DE SUS AMIGOS! Ergo; no podían, y simplemente no debían, hacerselas de grandes.

- ¿Están escuchándonos? -Preguntó Sirius, cabreado; cruzándose de brazos. Parecía echar fuego por la boca, mientras James no paraba de mover sus dedos sobre la mesita de noche de mi habitación. Dorcas, cerró los ojos abrumada, y se levantó de la silla, echa una furia.

- No sé qué pretenden, chicos… Pero si de verdad, quieren ser nuestros ejemplos de madurez eterna; crezcan primero, y no desconfien de sí mismos -Le espetó, con algo de rencor.

Vale. Había exagerado muchísimo, en todo esto. Ellos solo querían proteger a los de la Orden, dejándoles en claro, con bromitas de niñatos inmaduros; que los Mortífagos eran peligrosos y se les debía tratar con cuidado, y que, quizá había un traidor, entre sus filas. Que nadie les hiciese daño. Ella también haría lo mismo, en realidad. De hecho, un par de veces, ella misma, había sido el vivo ejemplo de nena de dos años, poniéndose a chillar porque simplemente, no la habían dejado acompañar a Marlene, a una misión. Pero eso era diferente. Ellos debían confiar un poco en todos los demás, allí presentes. Es decir; Lily, Marlene, y hasta el mismo Remus y ella, eran los del ingenio, sabiduría e inteligencia. No es como si fuesen a doblegarse ante unos descerebrados como los Mortífagos.

Salió, dando un fuerte portazo. Con mucha fuerza, pues la vieja puerta, pareció rechinar un poco, y romperse. Tenía bastante tiempo, allí. Normalmente, Dorcas no tiraba las puertas. Eso podía dejárselo a la temperamental de Lily, o en todo caso a Sirius, que eran los del genio pesado. Ella, simplemente, se dedicaba a dejar escapar una risita de diversión, y salía tras ellos, con la excusa de "controlarlos". Todos en el cuartel, lo creían. 'Dorcas es buenísima, dando consejos. Quizá la escuche'; decían sus amigas, condescendientemente; aunque lejos de hacer eso, ella se conformaba con escuchar las razones de sus actos, mientras chupeterreaba su propio cabello.

De cualquier forma, esta vez, era ella la que estaba molesta con todos. Le parecía inconsedible, que ahora que todos estaban tan unidos, a la vez, estuviesen alejados. Es decir. En tiempos como aquellos, las personas deberían confiar los unos a los otros. No echarse las sogas al cuello, y cortar cabezas, sin razones. Sobre todo, si se hablaba de tus propios amigos ¿no? }